¿Cómo hacen las empresas para expandirse y conectar con el público de distintos idiomas y regiones?
Imagina una empresa con unos 500 empleados, presente en 40 mercados y que cuenta con tipos de contenido que van desde los documentos normativos hasta las campañas de marketing de distintos equipos. ¿Cómo adaptan, o localizan, como decimos en el gremio, todo el contenido a todos los idiomas?
¿Cómo se aseguran de que se utiliza la terminología adecuada para el sector en todos los recursos?
¿Cómo gestionan contenido con mucho diseño, como folletos, envases u otros archivos con diseño en distintos idiomas?
¿Cómo se aseguran de que las traducciones sean conformes en los sectores regulados?
¿Cómo amplían o reducen su alcance en función de sus necesidades sin gastos generales de gestión?
Ahí es donde entra en escena el sistema de gestión de traducciones (TMS).
¿Qué es un TMS?
Un sistema de gestión de traducciones (TMS) es un punto central para las operaciones de localización.
Es el entorno en el que los equipos controlan, realizan el seguimiento y solicitan los proyectos lingüísticos, y obtienen acceso a una red de profesionales y servicios lingüísticos.
En función del tipo de TMS, te permitirá:
solicitar servicios, como traducción creativa, traducción automática, revisión de diseño o validación;
solicitar e implementar traducciones mediante tu propio CMS, PIM o DAM para que no tengas que salir de tu propia plataforma;
externalizar la gestión de proyectos a los project managers del TMS;
acceder a una red de traductores profesionales, con la flexibilidad de que el equipo del TMS se encargue de la gestión, o trabajar con tu propio equipo de traducción o validación;
acceder a tecnologías de localización, como el doblaje con IA o las memorias de traducción, o a funciones inteligentes, como la estimación de calidad con IA o la edición con IA.
¿Cómo funciona un TMS?
Un TMS puede funcionar de diversas maneras, en función de tu configuración y necesidades. Un modelo típico en LanguageWire, por ejemplo, es el que cuenta con soporte integral, que implica que tras el periodo de incorporación, nuestros clientes no tienen que gestionar los proyectos. Utilizan la infraestructura, las herramientas y el grupo de profesionales lingüísticos del sistema para localizar contenido y enviar los archivos a la ubicación correcta.
El cliente únicamente tiene que solicitar las tareas y ofrecer información básica. Resulta muy útil cuando distintos equipos de una empresa tienen que trabajar de manera independiente sin necesitar un equipo interno que gestione el funcionamiento.
Estos son los pasos necesarios para completar un proyecto en un TMS:
Solicitar un servicio de traducción, como la traducción, la subtitulación, el voiceover, la revisión, la traducción automática o la traducción creativa de un sitio web o un documento.
Subir los archivos originales, elegir los idiomas y establecer un plazo de entrega.
Pero, espera. Un project manager del TMS encuentra a las personas adecuadas para realizar el encargo.
Se te devuelven los archivos completamente localizados.
Un ejemplo
Veamos un ejemplo práctico. ¿Cómo puede utilizar un TMS el equipo de producto de un fabricante de coches?
Imaginemos que el equipo necesita localizar un folleto de producto.
Sin un TMS, el equipo de producto se pondría en contacto con una agencia o un freelancer, gestionaría el proyecto de principio a fin y comprobaría manualmente la calidad y la coherencia de la marca. Necesitaría asegurarse de que el texto localizado se adaptase al diseño del folleto.
Con un TMS, simplemente subiría el folleto y el archivo original (p. ej., PhotoShop), eligiría los idiomas, establecería un plazo de entrega y espería a que le entreguen los resultados.
El project manager del TMS asigna la tarea a los expertos, que traducen y revisan el texto y el diseño del folleto.
¡Y ya está!
El equipo de producto no tiene que gestionar nada, pero tiene control absoluto sobre el resultado y puede:
elegir la calidad de la traducción, adaptando el presupuesto y el plazo de entrega;
hacer el seguimiento del progreso en la plataforma;
validar el contenido traducido mediante revisores en el país de destino, que comprueban la coherencia de la marca y la calidad antes de finalizar el proyecto.
También puede optar por emplear una base de datos terminológica y memorias de traducción para crear traducciones todavía mejores para cada proyecto.
Una base de datos terminológica (TB) es un glosario compuesto por vocabulario específico de la empresa o el sector para que los traductores sepan qué palabras usar. Resulta especialmente relevante para sectores regulados o especializados en los que las palabras son críticas, no solo para la claridad, sino también para el cumplimiento.
La memoria de traducción (TM) reutiliza traducciones aprobadas para futuros proyectos.
Ambos recursos se amplían con el tiempo para crear traducciones todavía mejores y ahorrar costes en cada proyecto.
¿Qué incluye un TMS?
Ahora que ya hemos hablado de cómo utilizar un sistema de gestión de traducciones (TMS) y del tipo de servicios que se pueden solicitar a través de él, muchos os preguntaréis qué incluye exactamente un TMS.
Puede variar en función del sistema. Veamos de qué está compuesto LanguageWire TMS:
El TMS son los cimientos: infraestructura y red
El sistema de gestión de traducciones son los cimientos. La infraestructura del TMS, incluidos los project managers, las pantallas de inicio y la red de expertos, forma parte de estos cimientos.
Los ladrillos: servicios, conectores y tecnologías
A los cimientos del TMS se puede añadir cualquier combinación de servicios y tecnologías:
Servicios: Traducción, transcreación, maquetación y diseño, etc.
Conectores para conectar tus sistemas CMS, CCMS, CRM y PIM al TMS, como Umbraco o Drupal
Tecnologías como el doblaje con IA, la traducción automática y el control de calidad con IA
Tres razones por las que el TMS se convierte en la solución rentable
Reducción de los gastos
Contar con un TMS (un único proveedor), en lugar de gestionar distintos proveedores es el principal factor que vemos, tanto en nuestros clientes como en aquellos que no son nuestros clientes, que marca la mayor diferencia económica, independientemente del TMS que elijan.
Ello se debe a que solo hace falta un reducido equipo interno para gestionar un proveedor, en lugar de redactar instrucciones y contratos, y garantizar la coherencia de distintos proveedores especializados en su ámbito de experiencia. En un TMS puedes acceder a una red de profesionales lingüísticos a través del mismo entorno, por lo que no tendrás que establecer las relaciones de manera individual.
Mayor coherencia sin esfuerzo
Otra ventaja de utilizar un TMS es la coherencia. Trabajar con distintos equipos que no se comunican entre ellos puede hacer que el resultado sea incoherente, pero compartir el vocabulario que quieres que utilicen con todos ellos puede resultar complicado. Gracias a un TMS, la red de expertos tiene acceso a la misma información (base de datos terminológica, memorias de traducción, guías de la marca e instrucciones).
Mayor escalabilidad
Gestionar a diferentes agencias y freelancers de manera individual se vuelve más complicado y caro a medida que tu empresa se expande. Un TMS es flexible y puede ampliarse o reducirse, según sea necesario, sin esfuerzo ni reestructuración por tu parte.
Conclusiones finales
El TMS es el ecosistema adecuado para gestionar traducciones a gran escala. Es el lugar donde solicitas proyectos de traducción, independientemente de que se trate de subtitulación, transcreación o traducción tradicional. Es donde le enseñas a la IA o a los traductores y revisores tu vocabulario, estilo y tono. También es el lugar al que conectas tus propios sistemas para que los resultados lleguen sin esfuerzo al lugar adecuado.